Esta es la segunda pieza de nuestra serie “Información sobre educación” de Lisa Parrock y ha sido traducida al Castellano por Miriam Jimenez Garcia.
Este artículo habla sobre la tecnología en las clases y el proceso de tomar las decisiones correctas cuando invertimos en tecnología para las clases.
Además de los artículos de Lisa, echa un vistazo a nuestra serie Los 9 Retos de las Clases Virtuales, y descubre cómo podrías superar algunos de tus propios desafíos.
Decisiones, opciones y más opciones.
A veces parece que este es el principal ingrediente que forma la vida moderna. Si entras en un supermercado, hay al menos 10 marcas diferentes de detergente entre las que elegir – ¿Cómo sabemos cuál debemos elegir?
Lo mismo sucede en la elección de herramientas de aprendizaje para clase. Si te pareces un poco a mi (un profesor al que le gusta experimentar con herramientas nuevas e innovadoras en mis clases), sabrás que es bastante fácil sentirse agobiado con la cantidad de opciones que existen en herramientas tecnológicas de aprendizaje.
¿Sabes cual es la mejor? Tengo varias preguntas que me suelo plantear cuando estoy evaluando cada herramienta de uso en mi clase:
- ¿Qué quiero conseguir?
- ¿Cómo añade valor?
- ¿Es facil de usar?
- ¿Es seguro y de confianza?
- ¿Es accesible?
1. ¿Qué quiero conseguir?
La pregunta esencial para cualquier actividad de aprendizaje. ¿Qué te gustaría que tus estudiantes lograran y aprendieran con esta actividad? Hay muchísimas herramientas tecnológicas estupendas en el mercado, pero si no están alineadas con lo que quieres obtener de tu actividad de aprendizaje, entonces no te merecerá la pena su uso.
“Prioriza tus metas pedagógicas, después encuentra una herramienta tecnológica adecuada.”
Si una de las metas de tu clase es que los estudiantes aprendan a colaborar, entonces deberías de buscar por herramientas que faciliten la colaboración. Si volvemos a las raíces de las formaciones de profesores, donde teníamos que escribir el plan de nuestras clases hasta que nos dolieran las manos, el punto de partida era siempre los resultados. Y sin saberlo, esta era una lección muy valiosa, porque sin una meta, ¿Cómo sabremos si nuestros estudiantes están aprendiendo?
2. ¿Cómo añade valor?
Esta es una de las preguntas más importantes para mi cuando estoy eligiendo una tecnología. ¿Es mi actividad de aprendizaje mejor que como era en papel? Si es mejor sobre papel, entonces déjala en papel. Si estás intentando abandonar el uso de papel solo porque si, lo dejaría tal y como está (excepto que, obviamente, estés en un entorno totalmente online ahora mismo).
Puede ser útil explicar que quiero decir usando el modelo SAMR
S: La fase de Sustitución
Es normalmente el punto de inicio en la integración de la tecnología para la mayoría de los profesores, y aunque no hay un cambio funcional en la actividad, no deberíamos descartarla como una fase importante.
Sin esta fase, muchos profesores y estudiantes no verían necesariamente el potencial de la integración de la tecnología de otras maneras. Un ejemplo de este tipo de integración puede ser para un estudiante tomar una foto de sus deberes y subirlo a una plataforma como Google Classroom, o tener sus libros y deberes disponibles online.
A: En la fase de Aumento
Hay una mejora significativa en la tarea, aunque la esencia de la tarea es la misma.
Esto puede incluir presentar un informe de investigación o escribir un trabajo utilizando herramientas integradas de ortografía y referencias. Este tipo de actividades son importantes para desarrollar capacidades esenciales, pero el aumento coloca estas habilidades dentro de un entorno de aprendizaje del siglo XXI para los estudiantes.
M: La Modificación
De una tarea permite a los profesores rediseñar está usando la tecnología. En vez de presentar un reporte, ellos podrán ahora hacer un podcast sobre este, o en vez de escribir un trabajo, ellos podrán escribir y publicar un blog para la audiencia real.
Esta fase de integración tecnológica permite a los profesores la oportunidad de transformar el aprendizaje de sus estudiantes y desarrollar de verdad las capacidades del siglo 21 que necesitan para navegar el mundo de hoy en día. Sin embargo, en esta fase es fácil quedarse estancado por lo espectacular de la herramienta que estás usando, y olvidarnos de lo esencial de la tarea.
En ambos ejemplos mencionados arriba la esencia es sintetizar, analizar y presentar información – las cuales son capacidades absolutamente esenciales hoy en día. Brindando a los estudiantes con la oportunidad de presentar a la audiencia real, estamos creando una experiencia de aprendizaje mucho más relevante para ellos, y tienden a poner más esfuerzo en su aprendizaje.
R: Con la Redefinición
De la tarea, los estudiantes pueden crear algo nuevo que no serían capaces de hacer con anterioridad. ¡Ahora, los estudiantes pueden usar la investigación que han hecho para un proyecto y crear su propio documental!
Así pues, cuando tú integres la tecnología en tus clases, intenta asegurarte de que sabes como esta añade valor en tus actividades de aprendizaje, y que no está ahí solo por tenerla (aunque esto pueda ser divertido en sí).
3. ¿Es fácil de usar?
Siempre es útil examinar cómo de empinada es la curva de aprendizaje con una nueva herramienta tecnológica. A veces es valioso para tus estudiantes aprender como una herramienta diferente funciona, y cómo puede ser agobiante en otros momentos.
Necesitas evaluar cuánto tiempo tienes disponible para dedicarlo a la parte técnica de “como funciona esto”, o preguntarte a ti mismo si puedes conseguir los mismos resultados utilizando una herramienta que los estudiantes ya saben como usar.
“En nuestras clases de aprendizaje online y remotas, “la fatiga a la plataforma” es real”.
Ambos profesores y estudiantes pueden comenzar a estar mentalmente exhaustos de tener que aprender como una nueva herramienta técnica funciona todo el tiempo.
4. ¿Es seguro y de confianza?
Como los profesores que aman la tecnología, podemos a veces quedarnos atrapados con las sorprendentes cosas que una herramienta pueda hacer y olvidarnos de chequear si es segura. Sin embargo, es muy importante chequear que la información privada de nuestros estudiantes está segura, y que están protegidos de alguna manera.
Si tus estudiantes han hecho un video y quieres que lo suban a Youtube, ellos pueden seleccionar el botón “hecho por niños”, el cual de forma inmediata les ofrece ciertas características de seguridad como tener los comentarios desactivados.
También tiene valor leer algunos comentarios de otros profesores sobre la herramienta que planeas utilizar, y chequear si es de confianza. Solo te dará a ti y a tus estudiantes dolores de cabeza si un día funciona bien y al siguiente no.
5. ¿Es accesible?
Examina tu propio contexto. Solo porque algo funciona bien para otro profesor en su clase no significa que automáticamente vaya a funcionar bien en la tuya.
Piensa sobre qué tipo de dispositivos están usando tus estudiantes, la calidad de su conectividad, y que tal sus capacidades tecnológicas. Algunas actividades pueden funcionar igual de bien en un teléfono móvil que en un ordenador, y otras no, así que tienes que estar seguro de que el diseño de tu actividad tiene un contexto específico.
En la búsqueda de consolidar educacion y tecnologia
Una detalle importante para recordar viene de nuestra inspiración con las series Sir Ken Robinson:
“La educación no es un sistema mecánico. Es un sistema humano. Es sobre personas.”
No te pierdas en la tecnología para las clases y te olvides de las personas – usa la tecnología para mejorar la experiencia que las personas tienen en tu sistema y mantén el elemento humano en el entorno de aprendizaje humano.
De esto hablamos más adelante en nuestra serie de blogs, los 9 Retos de las Clases Virtuales donde desarrollamos algunas de estas dificultades y cómo combatirlas.
Lisa es una escritora, educadora y entrenadora en la transformación de EdTech, de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Como formadora y defensora de Google para Educación, Lisa tiene una visión única sobre el impacto que Google para Educación y las implementaciones que tiene en entornos educativos. No solo desde un punto de vista práctico y como impacta las herramientas de aprendizaje disponibles en el colegio, sino también la mentalidad y el modo de pensar que si se fomenta, puede mejorar enormemente el aprendizaje de los estudiantes y profesores.